“El buen amigo gigante”: Spielberg vuelve a ser un niño asombrado

En la película que se estrena hoy, el director retoma el universo de aventura y fantasía que primaba en títulos como “E.T.” o “Hook”.

“El buen amigo gigante”: Spielberg vuelve a ser un niño asombrado

En su primera película para Disney, Steven Spielberg decidió llevar a la pantalla un relato del británico Roald Dahl (también autor de “Matilda”, “Charlie y la fábrica de chocolate” y “Jim y el durazno gigante”) que él mismo leía a sus hijos cuando eran niños.

Descripta por el propio realizador como “una historia que habla sobre lo maravillosa que puede ser la amistad”, “El buen amigo gigante” (tal el título de la película que se estrena hoy, “Big Friendly Giant” en el original) se centra en la relación entre Sophie (la debutante Ruby Barnhill), una niña de diez años que vive en un orfanato, y el querible gigante al que alude el título (Mark Rylance, devenido nuevo actor-fetiche de Spielberg tras ganar el Oscar por “Puente de espías”).

A pesar de su apariencia intimidante, el gigante resulta tener un alma bondadosa y es marginado por los otros gigantes, ya que se niega a alimentarse de niños como hacen todos los de su especie en los cuentos clásicos y en esta película también.

Sophia, así se llama la pequeña, encontrará a su amigo durante la “hora de las brujas”, es decir ese momento en que los niños duermen y los seres de otro mundo aparecen y hacen de las suyas.

Sophia, que está sin dormir, piensa que ese ser enorme que la rapta se la lleva para comérsela, pero luego se dará cuenta de que en realidad es todo lo contrario: es para salvarla de los otros gigantes que sí se alimentan de niños.

Este monstruo bonachón viene a ser una especie de herbívoro entre caníbales y, además, es amigable y tiene un corazón tan grande como él mismo.

Él y Sophia deberán urdir un plan para deshacerse de los otros gigantes y, en la aventura, llegarán a contactarse con la mismísima reina de Inglaterra que se unirá a ellos para ayudarlos.

El contacto con "E.T."

Aunque con una tecnología más moderna que combina acción real y digital, “El buen amigo gigante” guarda varios puntos de contacto con la clásica “E.T. El extraterrestre”.

No sólo a nivel argumental, ya que ambas se centran en la amistad entre un niño y un personaje que no es de este mundo, sino que también fuera del terreno diegético hay varios paralelismos que resultan muy llamativos.

En primer lugar el hecho de que “E.T.” se estrenó mundialmente en 1982, el mismo año en que Roald Dahl publicó “El buen amigo gigante”.

Por otra parte, la guionista de “E.T.” fue la gran Melissa Matheson, quien también se encargó del guión de “El buen amigo gigante” antes de morir a los 65 años en noviembre pasado.

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