Hablar con Guillermo Francella es siempre muy placentero. Es un actor abierto a la charla que siempre está dispuesto a dar detalles, a no esquivar preguntas difíciles, a expresar su pasión por su profesión y por la creación de sus personajes tanto en el cine como en el teatro.
Este año, él le pone el hueso y la carne a Arquímedes Puccio. Es ahora su criatura, su monstruo, la propia versión de un personaje de la vida real. Un infame que no pasará desapercibido.
Muchos saben de qué se trata la historia de "El clan", lo que Pablo Trapero cuenta en el filme que se estrenará el jueves próximo: una familia de clase media alta dueña de varias tiendas en San Isidro, con cinco hijos, uno de ellos, Alex, con una prominente carrera como jugador de rugby, es detenida por la policía por ser los responsables de una serie de secuestros y asesinatos.
¿Eran víctimas de algún complot? ¿Habían caído en una trampa relacionada con la SIDE o la Triple A? No, para nada. Eran los responsables de una siniestra industria del secuestro extorsivo. En estos casos, seguido de muerte, porque conocían a las víctimas y temían que los reconocieran si quedaban vivos.
Entre 1982 y 1985 ¿ningún vecino había escuchado los gritos desgarradores de Ricardo Manoukian, Eduardo Aulet, Emilio Naum y Nélida Bollini de Prado? Ella, una empresaria conocida del barrio, zafó, porque la policía la salvó antes de que también terminara con varios tiros en la cabeza.
Nélida, con los años, se convirtió en el principal testimonio de los movimientos subterráneos de los Puccio, pero todo terminó el 23 de agosto de 1985, en una fecha que en 11 días se cumplen 30 años.
Sumergido en una vorágine de entrevistas y pre estrenos en distintas salas, Francella expresó a Los Andes vía telefónica: "Estamos muy contentos con lo que viene pasando con la película", justamente un día antes de su visita a Mendoza para la conferencia dedicada a la prensa que protagonizará en un hotel céntrico con Peter Lanzani y el director Pablo Trapero.
- ¿Cómo te viste vos en la pantalla?
Guillermo Francella : Fue muy movilizante para mí. Hicimos un trabajo bastante singular con Trapero. Fue un rodaje intenso de ocho semanas y no tardó en convertirse en una experiencia muy gratificante para todos, a pesar de ser justamente una historia tan fuerte, tanto el elenco y como el equipo de rodaje estábamos concentrados en llevar el relato de la mejor manera en que lo tenía imaginado el director.
- ¿Qué pensaste cuando te ofrecieron interpretar a semejante villano de la vida real?
- Para un actor lograr algo diferente interpretativamente te da una gran oportunidad. Me gustó. Es hacer algo distinto. Conocía la historia, por supuesto, pero Arquímedes es un desafío que me gustó encarar desde el comienzo. Nada es mejor que interpretar a un villano. Fue placentero. Por supuesto se trata de un mundo siniestro, un mundo especial pero repito: explorar algo interpretativamente diferente fue muy lindo para mí.
- ¿El guión se basó en un texto previo o en un trabajo de investigación de Trapero?
- En realidad, Pablo habló con familiares, con amigos de la familia, con los jueces y abogados de la causa, conversó con mucha gente. Tocó muchos timbres. Fue tema por tema y caso por caso hasta llegar a los detalles.
- Teniendo en cuenta que Arquímedes falleció hace dos años ¿cómo ha sido preparar a un personaje real tan presente todavía?
- En este caso, no tenía testimonios de cómo era este hombre. Supe de cómo hablaba o se expresaba en las últimas entrevistas. En realidad, conocía de sus últimos años en General Pico, sus actitudes, sus modismos, pero a Arquímedes tuve que construirlo a partir de lo que el director había investigado. Fue un proceso muy interesante para mí más allá de la caracterización física.
- Si alguna vez se concreta su deseo de querer dirigir, ¿qué género te gusta a vos?
- Depende. Hoy por hoy, tengo ganas de trabajar detrás de cámaras, pero no tengo ni el producto ni el género. Todavía no lo sé. Ya veré.
- En aquellos años, 1985, ¿cómo te impactó este caso?
- Me impactó mucho. Me acuerdo muy bien, porque además yo vivía cerca de San Isidro y pasé por el frente de la casona de los Puccio varias veces. Al comienzo muchos pensamos que todo era mentira, que la familia era víctima de algún complot con la policía, o que los habían condenando por otros casos. Y cuando saltó la verdad, nos quedamos muy sorprendidos. Estábamos perplejos porque la verdad era que no lo podíamos creer.
Este es un año de oro para Francella. La comedia que protagonizó este verano junto con Adrián Suar, "Dos pícaros sinvergüenzas", fue la más vista de la temporada.
"El clan" lo volverá al tope de la taquilla este año en el cine y lo hará viajar a Italia en setiembre al Festival de Venecia.
Una historia espeluznante
"El clan" puede verse como una muestra de la ambigüedad moral y la hipocresía detrás de las apariencias, tanto social como dentro del círculo íntimo de una familia, en una época en que las transferencias del poder, de la dictadura militar a la democracia, comenzaban a intoxicar los negocios del secuestro y extorsiones protegidos por altos jefes militares, del que Puccio fue al principio un empleado protegido y luego uno traicionado.
La arrogancia y la impunidad de Arquímedes, un contador público que llegó a ser vicecónsul, se mantuvo firme hasta el final, ya que nunca confesó los asesinatos que se le imputaron, a pesar de la acumulación de las pruebas.
La cinta se ocupa de describir los cuatro secuestros. Son el tractor de la narración. En paralelo Trapero relata, aunque sin subjetivizar ningún punto, las relaciones internas del clan, especialmente las que tiene Arquímedes con su hijo más pragmático, Alex, a su vez convertido en señuelo de su círculo clasista y deportivo para atraer a futuras víctimas, en general, ricos empresarios.
Más allá del empeño del director por abarcar demasiado el filme hacia distintas aristas temáticas (un drama familiar, un archivo policial, una épica criminal, un thriller psicológico), las actuaciones en general son notables, así como el diseño de producción, la fotografía y la banda de sonido, algunas veces en contraste con lo que está acompañando las imágenes, con canciones de los Kinks; David Lee Roth; Virus; Serú Girán, entre otras.
Trapero ("Leonera", "Charancho", "Elefante blanco"), no pudo terminar su película antes del festival de Cannes, pero formará parte de la competencia oficial de la Mostra de Venecia, entre los 21 títulos que lucharán por el León de Oro, que se realizará entre el 2 y el 12 de setiembre.










